
La tarde del 5 de noviembre fue un día diferente para el Hospital Universitario de Guadalajara, especialmente, para los niños ingresados en la planta de Pediatría, ya que recibieron la visita de unos amigos especiales: los payasos Australia y Calcetín, que les han hecho disfrutar de lo lindo.
Las risas y carcajadas fueron también la nota presente de todos los que con ellos compartimos una tarde de ilusión con ellos: padres, maestros, amigos y público en general. Australia y Calcetín nos demostraron que no hay mejor terapia para curar que la risa de los niños y el cariño de los payasos, que cada año vienen a ofrecer su mejor medicina a los niños enfermos del hospital. Y he de decir que, sin duda, consiguieron su propósito; por una parte, hacer felices a unos niños y a unos padres que no se creían que se pudiese reír tanto; y, por otra, lograr el efecto de la curación, pues la alegría que llevaban dentro del cuerpo, unido a las medicinas recetadas por sus médicos (ilusión, magia…), realizaron una perfecta combinación, hasta el punto que pocos días después todos los que asistieron al espectáculo estaban ya en casa tan totalmente recuperados, felices y en el “cole” contando a todos lo bien que se lo habían pasado en el hospital y con sus amigos los payasos.
No quisiera despedirme sin antes agradecer, desde “La Pecera” y desde nuestro EAEHD el esfuerzo realizado para que este espectáculo de Payasos sin Fronteras llegue hasta el hospital: en primer lugar, a Correos, patrocinador de tan bonita obra; y, a Payasos sin Fronteras, por la magia que traen cada año a nuestro hospital y que sirve para que grandes y pequeños disfrutemos de una tarde de ilusión; desde aquí os pedimos que sigáis siendo tan “payasos” como siempre; y que el año que viene nos volváis a visitar. Os esperamos con la sonrisa presta y el corazón alegre.
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