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Las Aulas Hospitalarias

  1. Las aulas hospitalarias.
  2. Breve historia de las aulas hospitalarias.
  3. Derechos del niño enfermo y hospitalizado.
  4. Conclusiones de algunos congresos.
    1. VII Jornadas de Pedagogía hospitalaria, Madrid (1997).
    2. VIII Jornadas de Pedagogía hospitalaria, Valladolid (2001).
    3. IX Jornadas de Pedagogía hospitalaria, Guadalajara (2003).

1. Las aulas hospitalarias.

Reciben el nombre de Aulas Hospitalarias las unidades escolares surgidas dentro del hospital, cuyo objetivo principal es la atención escolar de los niños hospitalizados, atendiendo con ello a uno de los principales derechos del niño.

En estas aulas son atendidos niños que durante un período de tiempo, más o menos largo, padecen diversos trastornos físicos, enfermedades, roturas, operaciones, etc., por lo que deben ser ingresados en un hospital. De esta forma, pueden continuar con el proceso educativo con total normalidad, dentro de la anormalidad que supone para el niño estar fuera de su ambiente familiar, escolar y social.

La actividad educativa se lleva a cabo de varias maneras, siendo las más comunes dos: la asistencia al aula por parte del alumno, siempre que éste se encuentre en condiciones físicas para desplazarse hasta ella; o, bien, en su propia habitación, cuando su estado de salud aconseja que sea el profesor el que se desplace hasta ella. La finalidad, en ambos casos, es siempre la misma: evitar o reducir en lo posible las consecuencias negativas que su estancia en el hospital les puede causar tanto a nivel educativo como personal, especialmente, en los casos de los niños que están más tiempo hospitalizados, por padecer una enfermedad crónica (leucemia, etc.).

En estas actuaciones se tiene siempre muy presente otros dos componentes fundamentales en todo este proceso educativo y sin los cuales difícilmente la actuación del maestro del aula podría desempeñar su labor plenamente, son los padres y el personal sanitario: médicos, enfermeras, auxiliares, etc. La relación con los padres ha de ser diaria y permanente, ya que son ellos, junto con sus hijos, los primeros en orientar al maestro sobre el nivel educativo de éstos, al mismo tiempo que sirven de nexo de unión entre el colegio y sus tutores con el Aula Hospitalaria. En cuanto al trato con el personal sanitario ha de ser también diario, siendo considerada su labor como imprescindible ya que estimulan y apoyan en todo momento la asistencia de estos niños al aula. Por otra parte, ellos se convierten en el primer transmisor de la información referente a cada niño que ingresa en el hospital o los cambios que se produzcan en el ánimo o en la salud de aquel otro que ya lleve tiempo ingresado. Ellos serán, en definitiva, quienes determinen si deben acudir o no al aula y si conviene, por el contrario, que se les atienda en su habitación.

2. Breve historia de estas aulas.

Las primeras escuelas dentro de un hospital surgieron allá por los años cincuenta del siglo XX en centros vinculados con la orden hospitalaria de San Juan de Dios, como ocurriera en el Sanatorio Marítimo de Gijón que era llevado por estos hermanos; labor que fue continuada en otro de sus hospitales, en esta ocasión de Madrid, en el Asilo de San Rafael. Unos años más tarde, en torno a 1965, ante la epidemia de poliomelitis que sufría la población infantil española, se plantea la necesidad de ayudar a estos niños no sólo desde el punto de vista médico, sino también desde el escolar y educativo. Esta iniciativa dio lugar a que se abriesen una serie de aulas en diversos hospitales de la geografía española, en concreto en el hospital de Oviedo, en La Fede Valencia, en Manresa (Barcelona) también bajo los hermanos de San Juan de Dios y en los madrileños: Niño Jesús, Clínico, Gregorio Marañón y Hospital del Rey, unas Aulas dependientes del Insalud, conocido por entonces como el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, que van abriendo camino en este mundo de la atención escolar hospitalaria. Por ejemplo, en 1966, en el Hospital Niño Jesús, de Madrid, se creaban un total de diez unidades de Educación Especial, de las que sólo quedaban cuatro en 1997. Hay que incidir en un hecho primordial y es que en un principio, estas aulas fueron creadas con la idea de atender la demanda que había por parte de la sociedad por atender a niños con determinadas enfermedades, como la poliomelitis, parálisis cerebral, Síndrome Tóxico, etc. Se pretendía, en esos momentos iniciales, más entretener a los niños que llevar con ellos un seguimiento escolar, según el programa de su colegio de origen.

Esta iniciativa tuvo su continuación, en 1974, a raíz de la apertura del Hospital Nacional de Parapléjicos, en Toledo. En ese momento se puso en marcha una Sección Pedagógica, compuesta de cinco aulas, biblioteca, secretaría y una sala de profesores, con cuatro maestros, de los que hoy en día sólo quedan tres. La misión de esta Sección era atender las necesidades educativas de los niños y adultos ingresados, cubriendo así una demanda cada vez más extendida en la sociedad española. Sin embargo, esta iniciativa no cuajó todavía en el resto de hospitales ni en la administración educativa, que se limitaba a tomar decisiones puntuales para resolver problemas como el famoso caso del “Aceite de colza”.

Hubo que esperar hasta el 7 de abril de 1982, fecha en la que se publicó la Ley de Integración Social de los Minusválidos para que este derecho se recogiese fielmente en su articulado. A partir de ese momento se inicia una amplia labor legislativa, tanto desde el punto de vista del Ministerio de Educación y Cultura, como desde las diferentes Consejerías de Educación y Sanidad de las respectivas Comunidades Autónomas, una vez que éstas asumieron las competencias en materia educativa y sanitaria, tendente a atender este derecho que todo niño tiene a la educación, incluidos los niños enfermos y hospitalizados y que fueron recogidos en la Carta Europea de los Derechos del Niño Hospitalizado, aprobada por el Parlamento Europeo en 1986. El resultado final fue que el 18 de mayo de 1998 se firmó un convenio entre el Ministerio de Educación y Cultura, el Ministerio de Sanidad y Consumo y el Instituto Nacional de la Salud, en el que se sentaron las bases y la política compensatoria destinada a resolver la escolarización de los niños convalecientes o ingresados en centros hospitalarios.

En la actualidad la mayor parte de los centros hospitalarios de España cuentan entre sus dependencias más preciadas con una o varias aulas donde son atendidos los niños y niñas que se ven obligados a pasar un tiempo en el hospital lejos de sus centros escolares de origen. Los años comprendidos en esta atención son los que van de los3 a los 16 años, aunque en ocasiones puntuales son atendidos niños de otras edades superiores, aquellos que van al Bachillerato. Asimismo, hoy en día se está abriendo camino otra nueva modalidad, dentro de la atención educativa hospitalaria, la recibida en el Hospital de Día Psiquiátrico de algunos hospitales, como el de la “Pradera de San Isidro” de Madrid, donde se atienden a niños y adolescentes que requieren un tratamiento psiquiátrico con carácter continuado y controlado.

3. Derechos de los niños enfermos y hospitalizados.

  1. Derecho del niño a recibir una información adaptada a su edad, su desarrollo mental, su estado afectivo y psicológico, con respecto al conjunto del tratamiento médico al que se le somete y a las perspectivas positivas que dicho tratamiento ofrece.
  2. Derecho a estar acompañado de sus padres o de la persona que los sustituya el mayor tiempo posible durante su permanencia en el hospital.
  3. Derecho a no recibir tratamientos médicos inútiles y a no soportar sufrimientos físicos y morales que puedan evitarse.
  4. Derecho a negarse (por boca de sus padres o de la persona que los sustituya) a ser sujeto de investigación, y a rechazar cualquier cuidado o examen cuyo propósito primordial sea educativo o informativo y no terapéutico.
  5. Derecho a disponer durante su permanencia en el hospital de juguetes, libros y medios audiovisuales adecuados a su edad.
  6. Derecho a ser tratado, durante su estancia en el hospital, por personal cualificado, con tacto, educación y comprensión y a que se respete su intimidad.
  7. Derecho a estar protegido jurídicamente para poder recibir todas las atenciones y cuidados necesarios en el caso de que los padres o la persona que los sustituya se nieguen por razones religiosas, culturales u otras.
  8. Derecho a ser hospitalizado junto a otros niños, evitando todo lo posible su hospitalización entre adultos.
  9. Derecho a proseguir su formación escolar durante su permanencia en el hospital, y a beneficiarse de las enseñanzas de los maestros y del material didáctico que las autoridades escolares pongan a su disposición, en particular en el caso de una hospitalización prolongada.
  10. Derecho del niño a la necesaria ayuda económica y moral, así como psicosocial, para ser sometido a exámenes o tratamientos que deban efectuarse necesariamente en el extranjero.

4. Conclusiones de algunos Congresos.

1. VII Jornadas de Pedagogía hospitalaria, Madrid (1997).

En torno al tema “Intervención Educativa en el medio Hospitalario”, los días 22 y 23 de Mayo de 1997 se celebraron en Madrid las VII Jornadas de Pedagogía Hospitalaria, en las que participó un amplio número de profesionales de los ámbitos social, educativo, sanitario y universitario, cuya labor se centra en la atención a los niños y adolescentes hospitalizados. A partir de las aportaciones realizadas por las diversas comunicaciones presentadas, se organizaron los grupos de trabajo para debatir y analizar los diversos aspectos relacionados con la atención al alumnado hospitalizado y convaleciente. Los temas que se trataron en los grupos de trabajo fueron:

GRUPO l: Atención educativa a niños con enfermedades oncológicas.

GRUPO 2: Atención educativa a enfermos crónicos y de larga hospitalización.

GRUPO 3: Aspectos psicoafectivos en la actuación educativa.

GRUPO 4: Organización y funcionamiento de las unidades escolares hospitalarias.

GRUPO 5: Organización y planificación de programas psicopedagógicos en centros hospitalarios.

GRUPO 6: Recursos educativos en las aulas hospitalarias.

GRUPO 7: La atención educativa domiciliaria al alumnado convaleciente.

Fruto de los debates en estos grupos de trabajo se han recogido una serie de ideas, opiniones y sugerencias que permiten configurar las líneas básicas de trabajo que, en función de los diversos campos profesionales y de los correspondientes ámbitos de responsabilidad, deben ser asumidas por todas las personas implicadas en la atención educativa al alumnado hospitalizado o convaleciente.

Esperamos que estas conclusiones sean fiel reflejo de las opiniones expresadas por los participantes en estas Jornadas.

FORMACION DEL PROFESORADO DE AULAS HOSPITALARIAS.

Actualmente no existe ninguna titulación o especialización para el acceso a las aulas hospitalarias, sin embargo se proponen como criterios:

l.  Ser maestros de Educación infantil y Primaria.

2.Tener una experiencia docente mínima de cinco años.

3.Preparación específica y adecuada a las exigencias de estos puestos.

Esta especialización teórico-práctica debe tener una duración de uno o dos años.
La formación del profesorado de aulas hospitalarias debe ser responsabilidad de la administración educativa.

2. VIII Jornadas de Pedagogía hospitalaria, Valladolid (2001).

Del conjunto de aportaciones realizadas a lo largo de estas Jornadas, se han extraído algunas conclusiones relevantes, de carácter más general, para su exposición en los momentos finales de este encuentro:

1. El modelo de atención educativa al niño enfermo debe ser global y continuado. La enfermedad no debe ser causa de marginación social. La respuesta educativa al niño enfermo ha de enfocarse desde una perspectiva amplia, que implique ocuparse del alumno tanto en su período de estancia en un hospital como cuando se encuentra en su propio domicilio en situación de enfermedad.

2. Se deberá proceder a una adecuación de las características de estos programas a las necesidades particulares regionales o comunitarias.

3. Potenciar una formación continua y específica del profesorado de aulas hospitalarias. Esta formación deberá contemplar siempre un ingrediente formativo en valores humanos.

4. Debe existir, por otra parte, una adecuada interacción entre todo el personal que está en contacto con el niño hospitalizado.

5. En la atención a este alumnado, tiene un especial significado la utilización de metodologías que se planteen los objetivos educativos a través de estrategias de carácter lúdico, donde la risa, el humor, el juego, la representación de papeles, los cuentos, etc. tengan una gran importancia.

6. Por otra parte, se pone de manifiesto que la creatividad, que debe ser una constante en todo proceso de cambio y mejora educativa, reviste aquí una especialísima importancia, dada la gran variación de situaciones y la imprevisión de niveles y planteamientos curriculares concretos a desarrollar cada día.

7. Especial atención a la dotación y actualización de las aulas hospitalarias, ya que deben ser lugares preparados para un alumnado que puede ser muy variable en número, en niveles educativos y en posibilidades de aprendizaje específicas.

8. Importancia de las nuevas tecnologías como una vía muy idónea para dar una respuesta más eficaz a las necesidades específicas de este alumnado y para reforzar potencialidades que contribuyan a la mejora de la calidad de vida del niño y del joven enfermo.

9. Se ha destacado la especial incidencia de los cambios sociales en determinada patologías de los alumnos ingresados y convalecientes, como anomalías del comportamiento, alteraciones del comportamiento alimentario, de la sexualidad, etc.

10. Se ha puesto de manifiesto la necesidad de recibir mayores concreciones de interés educativo en los informes médicos sobre las posibilidades y limitaciones específicos del alumnado enfermo.

11. Se debe garantizar una atención educativa domiciliaria para todos los alumnos que se encuentren convalecientes durante largo tiempo en su domicilio, especialmente en el ámbito rural.

12. Elaboración y desarrollo de nuevas formas de atención domiciliaria, adaptadas a los cambios en el período de estancia hospitalaria. Se tenderá a acortar esta estancia ya desarrollar iniciativas de “hospitales de día”, lo que induce a desarrollar también desde el ámbito educativo experiencias innovadoras.

13. Dentro de las propuestas de innovación en el campo de la Atención Educativa Domiciliaria, se pueden destacar:

 -Una atención asumida y coordinada directamente desde la Administración Educativa; aunque, según situaciones, podrá ser viable el recurso a la colaboración de entidades sin ánimo de lucro:

-Iniciativas que potencian la teleeducación.

-Importancia del trabajo en equipo, y la vinculación con el centro educativo y sus compañeros;

-Procedimientos rigurosos para la planificación de los apoyos.

14. Por último, para concluir, señalaremos la necesidad de seguir manteniendo este tipo de jornadas específicas de atención hospitalaria, como punto de encuentro de los profesionales vinculados ala atención al niño enfermo, considerando las especiales características del trabajo desarrollado con este alumnado.

3. IX Jornadas de Pedagogía hospitalaria. Guadalajara, 2003.

Fruto de las ideas, opiniones y experiencias expuestas en las diferentes conferencias, ponencias, comunicaciones, que han tenido lugar durante la celebración de las IX Jornadas Nacionales de Pedagogía Hospitalaria, hemos recogido una serie de conclusiones en las que se pretende reflejar lo más fidedignamente posible la dirección en la que se debe encaminar la futura actuación educativa hospitalaria y domiciliaria, incidiendo especialmente en esta última.

Las conclusiones extraídas son las siguientes:

1. Potenciar la atención educativa y terapéutica dirigida a niños y adolescentes con problemas de salud mental.
2. Utilización de diversos recursos educativos como el cuento, la música, el sonido, la poesía y otros recursos expresivos como un método eficaz de abordar sentimientos y transmitir mensajes positivos al niño enfermo.
3. En el ámbito de la acción tutorial con el niño hospitalizado y convaleciente priorizar actividades encaminadas a:

  • Preparar al niño para su estancia en el medio hospitalario.
  • Informar a los centros de origen del trabajo que se desarrolla con estos niños.
  • Asegurar una intervención educativa que favorezca el desarrollo integral del alumno.
  • Fomentar la interrelación entre el niño y su centro, favoreciendo la participación del profesorado de los centros de origen.
  • Ayudar a las familias a mejorar su participación constructiva en los procesos de enseñanza y aprendizaje.

4. Potenciar en las aulas hospitalarias y en los centros educativos de referencia la utilización de las nuevas tecnologías (TIC), que ayuden a los niños a superar la separación de sus compañeros y amigos.
5. Ampliar la atención educativa hospitalaria y domiciliaria a los niños de 0 a 3 años y mayores de 16.
6. Estimular la creación una asociación nacional de profesionales de la intervención educativa hospitalaria y domiciliaria.
7. Estudiar y analizar las posibilidades de incorporar esta modalidad educativa en la Educación Permanente de Adultos, y en la Educación a Distancia de la educación secundaria obligatoria
8. Mejorar la difusión en los centros escolares de las actuaciones educativas en el ámbito hospitalario y domiciliario que se estén llevando a cabo.
9. Dar relevancia en el modelo de intervención a los aspectos psicoafectivos y sociales del niño enfermo, además de los educativos.
10. Mejorar los procesos de coordinación entre las diferentes administraciones, profesionales y asociaciones sin ánimo de lucro que trabajan en pro de este alumnado.
11.  Desear que en el próximo balance que se haga, estos deseos se hayan visto cumplidos.

Páginas de referencia.

ITE. MEJÍA ASENSIO, Ángel.

http://ntic.educacion.es/w3//recursos2/atencion_diversidad/index.htm

Aulas hospitalarias. http://www.aulashospitalarias.es